‘El funnel digital’, ¿cómo lo aplicamos a nuestra empresa?
La forma de embudo que caracteriza esta figura marketiniana no es casualidad: la parte superior, más ancha, refleja la cantidad de usuarios que inician un proceso, hasta terminar en la zona más baja que es considerablemente más estrecha, revelando que son muchos menos los que culminan.
Tal y como hemos comentado anteriormente, el funnel digital se divide en diferentes fases. La primera –top of the funnel– se corresponde con la etapa en la que el cliente está más alejado de la compra y en la que, a través de diferentes métodos como inbound y outbound marketing, por ejemplo, se consigue su atención; más abajo –middle of the funnel– se posicionaría el usuario que se encuentra en medio del proceso de compra, o conversión; aquí contamos con más datos, que nos permite utilizarlos en el caso de que la conversión finalmente no se realice. La parte baja, –bottom of the funnel-, se corresponde con los clientes que están en plena fase de compra, así como el momento en el que se lleva a cabo la fidelización.
Estos diferentes pasos nos permitirán detectar los posibles fallos que existen en el negocio, con el fin de mejorar y enriquecer las posibilidades de la empresa.
¿Te atreves a hacer el embudo digital de tu negocio?

Mari Carmen Varón, Periodista especializada en Comunicación.